Liu Miao ha vendido ropa en Amazon a compradores mayoristas de Estados Unidos durante los últimos cinco años. Ese comercio se ha interrumpido bruscamente.
Liu es propietario de una pequeña fábrica en Cantón, que ha sido durante mucho tiempo el centro de la competitiva industria china de confección de ropa. Él y otros gerentes de fábrica, que ya lidiaban con márgenes de ganancia estrechos, dijeron la semana pasada que la combinación de los aranceles y el nuevo impuesto del presidente Donald Trump sobre las importaciones baratas había afectado profundamente sus negocios. Los costos a lo largo de la cadena de suministro también son más elevados.
Los aranceles han hecho imposible que Liu siga vendiendo en Amazon, donde antes ganaba alrededor de 1 dólar por cada prenda, pero ahora solo obtiene 50 centavos. Y sentía que no podía recortar el salario de sus empleados, dijo Liu, mientras los trabajadores de un mercado laboral se agolpaban junto a su motocicleta, la cual había estacionado en la acera con un vestido de muestra colgado sobre el manubrio
“Ahora mismo no se puede vender nada a Estados Unidos”, dijo Liu. “Los aranceles son demasiado altos”.
Plataformas como Amazon, Shein y Temu llevaron la vasta cadena de suministro manufacturero de China a las puertas del mundo. Estos mercados en línea hicieron posible que miles de pequeñas fábricas de Cantón llegaran a compradores de Estados Unidos. Y como los paquetes de menos de 800 dólares podían entrar en Estados Unidos libres de impuestos, las fábricas y, a su vez, las plataformas pudieron cobrar precios muy bajos.
Las exportaciones han sido uno de los principales motores del crecimiento económico de China en los últimos años. Los negocios han ido especialmente bien en el comercio electrónico. En un barrio de Cantón, había coches de lujo extranjeros —Mercedes-Benz, BMW y Cadillac— estacionados afuera de fábricas que pagan a los trabajadores unos 60 dólares al día por producir en masa ropa que se vende en aplicaciones como Shein y Amazon.
Pero ahora que las tensiones comerciales han obligado a las dos mayores economías del mundo a separarse, muchas empresas de Cantón se enfrentan a un punto de inflexión.
Una zona de venta al por mayor y distribución de ropa en Cantón.Credit…Qilai Shen para The New York Times
Se prevé que los envíos a Estados Unidos de los fabricantes de ropa de Cantón disminuyan tras el fin de la exención arancelaria para los productos económicos.Credit…Qilai Shen para The New York Times
Los aranceles agravan los diversos problemas a los que se enfrentan los fabricantes de ropa. Cada vez es más difícil obtener ganancias ya que el gobierno chino ha tenido dificultades para conseguir que los consumidores gasten más tras el hundimiento del mercado inmobiliario del país. Sin el aumento del valor de la vivienda, muchas personas chinas restringen su gasto.
Esto perjudicó los negocios de Zhang Chen, quien poseía seis tiendas de ropa en la provincia central de Hubei. Pero cuando los compradores no volvieron tras la pandemia de covid y los alquileres se mantuvieron altos, decidió cerrarlas todas.
“En 2020, el negocio no se recuperaba, y en 2021, seguía sin hacerlo. En 2022, cuando seguía igual, parecía que no iba a recuperarse nunca”, dijo Zhang. Ahora gana unos 100 dólares al día entregando prendas recién cosidas en los puntos de recolección de Shein, cerca del aeropuerto.
Las fábricas de Cantón no son los talleres automatizados que producen vehículos eléctricos ni los campus de fabricación de semiconductores que son clave en el esfuerzo que China lleva años realizando para garantizar su resistencia geopolítica mediante la tecnología avanzada. Sin embargo, las fábricas de ropa de China emplean a millones de trabajadores que se afanan por ganarse la vida.
Personas reclutando jornaleros para sus fábricas de confección en un concurrido mercado laboral de Cantón.Credit…Qilai Shen para The New York Times
Un centro logístico afiliado a Temu. Temu, Amazon y Shein abrieron una puerta para que las pequeñas fábricas de Cantón vendieran directamente a los compradores estadounidenses, llevando la cadena de suministro de China hasta sus puertas.Credit…The New York Times
En entrevistas, nueve propietarios y gerentes de fábricas de Cantón dijeron que estaban considerando la posibilidad de trasladar sus operaciones, algunas a provincias como Hubei, a unos 960 kilómetros de distancia, donde podrían pagar a los trabajadores salarios más bajos. Unos pocos propietarios dijeron que posiblemente se trasladarían a países como Vietnam, donde se han establecido muchas fábricas chinas para evitar posibles nuevos aranceles, tan elevados como los que ya se aplican a las exportaciones de China.
Muchos informaron de una disminución de los pedidos. Otros dijeron que habían suspendido algunas líneas de producción. Todos describieron haber visto cómo las empresas vecinas cerraban sus puertas en los últimos meses.
El viernes, cuando entró en vigor la política estadounidense de poner fin a las importaciones libres de impuestos procedentes de China, Liu Bin cerró su extensa fábrica de prendas de vestir, donde montones de paquetes de Shein se agolpaban contra las ventanas.
La fábrica de Liu se especializa en vestidos y tops pensados para llevar a una fiesta en la playa o a una cita nocturna, y Shein suele comprarle unas 100.000 piezas al mes. Pero en abril, después de que la empresa le encargara la mitad de eso, empezó a trasladar su línea de producción a la provincia vecina de Jiangxi. Ya no podía pagar el alquiler en Cantón.
Liu dijo que Shein ofrecía incentivos para ayudar a cubrir el costo de trasladar las operaciones a Vietnam, y él lo había considerado, “pero entonces los aranceles en Vietnam también se hicieron aún más altos”.
Dijo que también había intentado encontrar compradores en TikTok y Temu, pero los pedidos habían bajado en todas las plataformas. “Todos están cayendo, y nosotros solo esperamos y observamos”, dijo Liu.
Las exportaciones han impulsado el crecimiento de China, y Shein compra 100.000 piezas al mes a algunos proveedores.Credit…Qilai Shen para The New York Times
Dado que los consumidores chinos son prudentes a la hora de gastar, a las fábricas les resultará difícil vender en su país tanto como exportaban.Credit…Qilai Shen para The New York Times
Shein no respondió a la solicitud de comentarios. Temu dijo el viernes que había dejado de enviar productos de China directamente a compradores de Estados Unidos.
El gobierno chino ha estado animando a las plataformas nacionales de comercio electrónico a ayudar a las pequeñas empresas a vender a su mercado nacional. Pero, dado que los consumidores chinos son prudentes a la hora de gastar, a las fábricas les resultará difícil vender en el país tanto como exportaban.
Han Junxiu, quien vende calcetines novedosos en Shein y Temu, dijo que dudaba que el gobierno estadounidense súbitamente pudiera empezar a cobrar aranceles sobre los paquetes de bajo precio, los cuales habían estado entrando en Estados Unidos a un ritmo de cuatro millones al día.
“No creo que sea tan realista”, dijo Han tras cerrar su puesto por la noche en la Feria de Cantón, la feria anual de exportación de la provincia.
Los calcetines de peluche para pijamadas son algunos de sus productos más populares.
Este es exactamente el tipo de cosas que los estadounidenses seguirán necesitando comprar a las empresas chinas, dijo Han. “¿Dónde más van a comprar todo esto?”, preguntó.
Siyi Zhao colaboró con investigación.
Meaghan Tobin está afincada en Taipéi, y cubre temas de negocios y tecnología en Asia, con especial atención a China.
